quiero dar la vuelta a las cosas
- autumn soul
- 6 nov 2020
- 2 Min. de lectura

Quiero dar la vuelta a las cosas, o mirarlas cabeza abajo, como cuando era niña. Voltear los enfoques y los horizontes y así poner “patas pá arriba” mi mundo, como tú sólo sabes conseguirlo.
Y verte del revés o verme yo colgando una sonrisa de mis pies o balancearme hacia ti jugando sobre mis cabellos largos como si fuera un travieso fantasma medio castaño. Buuuuhh!
Y así, saber reírme de nuevo o poder dibujar un inmenso sol a nuestro lado, entre los dos, con cera amarilla, con sonrisa, sombrilla y grandes rayos. Y tener los miedos mareados y así aprovechar para acercarte mi mano y hacerte subir a este columpio o a este dibujo o a este mi mundo. A ti, a tu risa, a tu mente, a tus labios o a tu niño o a todo aquello que te esté frenando. Y empujarte fuerte y arriba hasta los sueños, y hacerte volar... Pintarte de azul las manos, las rodillas y las nubes feas y oscuras que el tiempo ha puesto en tu bonita cara. Después tocar la hierba con las dedos y hacerle cosquillas al rocío, y hablar con caracol des...pa....ci.....o, caracoleando mil tardes a tu lado. Y inventarnos un idioma sólo nuestro y hacer bromas de las que sólo nosotros tengamos la llave.
Y quiero dar la vuelta a las cosas, porque hoy mis tristezas están echando raíces...
- sigues lejos y no “mola” y tengo la bici estropeada... me hubiera dicho a los siete. Y le doy la vuelta a las cosas, porque así las lágrimas irían hacia el cielo, y no estaría llorando. Y te podría explicar cómo me siento yo de cosquillas, de vértigos y de sin alientos cada vez que estas a mi lado y te miro con la cabeza derecha, de frente, sin tener que voltearme. Así me siento de alegre, de ingrávida, de niña, de magia... así que vente!
Y si llegas y a todo le sacamos gravedad y a este mundo de derechos, de ir rectos y de adultos (que nunca cumplen!) le hacemos la voltereta o el pino puente y nos miramos con los ojos a ras de suelo y los pies en las nubes, las promesas que nos hagamos serán de verdad! E irán a la luna por siempre...
Y si llegas y te contagio y lo consigo, en el juramento más sagrado de los niños, besando mis dedos con mis labios sellados en x, te diré y podré decirte mareada, roja de sangre en la cabeza y a punto de estallar y sin vergüenzas que: pasaría el resto de mi vida, toda la que nos queda, colgada, boca abajo, del árbol o de la rama con la que quisieras hacerme un hueco o un hogar. Y ya el resto qué más me da! Hasta me he olvidado de la bici.
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